Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tenéis amor los unos a los otros. Juan 13:34-35
Queridos hermanos,
Ha pasado un largo tiempo desde la última vez que les escribimos. Ha sido un gran pesar en nuestro corazón el no estar más en contacto con ustedes. Debido a esto, cada día ha crecido nuestro agradecimiento hacia Dios y hacia ustedes. Hacia ustedes, por permanecer en la brecha con nosotros por medio de sus oraciones y sus ofrendas, por sus mensajes haciéndonos saber que nos siguen teniendo presentes y desean saber cómo estamos. Hacia Dios, por mostrar que su fidelidad a nuestras vidas no depende de nuestro desempeño; aún si fuéramos los mejores comunicadores la gloria sería solo suya, cuánto más con nuestras obvias limitaciones. De manera concreta podemos decir que estamos bien, y continuamos progresando en el proceso de llevar el Evangelio a un grupo indígena de Papúa Nueva Guinea.
En nuestra última carta les compartimos sobre la maravillosa provisión de Dios para nosotros, dándonos compañeros de ministerio aquí en el campo; lo cual, como en algunas otras ocaciones les hemos compartido, tiene una importancia vital, debido al enorme trabajo que conlleva el establecer una iglesia madura en medio de un grupo indígena. En esta carta queremos presentárselos, con el deseo de que ustedes también se gocen con nosotros e intercedan al Padre por ellos y por la unidad en nuestro equipo.
Jonathan y Devon Ames, y sus hijos Isaac, Jackson, Leah, Carter y Selah.
Jonathan y Devon son de Florida, EEUU. Jonathan creció en Senegal mientras sus padres servían como misioneros allí. Devon ha vivido mayormente en EEUU, aunque también vivió en Sudáfrica por un tiempo mientras sus padres servían como misioneros. Ambos aprendieron de la Palabra y del Señor desde pequeños, pero fue hasta después de que su quinta hija nació que tomaron la decisión radical de dejarlo todo y comenzar a prepararse para venir al campo misionero. Ellos llegaron a Papúa en enero de 2020, y comenzaron con una capacitación que consiste (en parte) en la introducción a la cosmovisión particular del país, un panorama general sobre el trabajo de plantación de iglesias, estudio y aprendizaje de la cultura y el idioma nacional. Fue cuando ellos se encontraban en medio de este proceso que nos conocimos y comenzamos a considerar y explorar la idea de sumar esfuerzos para realizar esta gran tarea.
Brody y Jen Pav, y su hijo Evan.
Al igual que los Ames, los Pav también son de Florida, EEUU. Ambos conocieron al Señor desde pequeños. Después de unos pocos años de casados, comenzaron su entrenamiento como misioneros. Su historia está llena de cosas asombrosas, grandes luchas y dificultades pero lo mas asombroso es la hermosa huella que el Señor ha dejado en sus vidas al llevarlos por esas situaciones mientras ellos iban tomados de su mano, conformándolos un poco más a la imagen de su Hijo dándoles un corazón humilde y compasivo.
En el verano de 2020, Brody y Jen estaban casi listos para venir a Papúa cuando descubrieron la gran noticia de que estaban esperando a su primer hijo, algo que por años les fue imposible, así que ajustaron un poquito sus planes 🙂 y su fecha de salida cambió para el verano de 2021.
Los Ames y los Pav se conocieron durante el tiempo de su capacitación misionera en EEUU. Al comenzar a considerar la posibilidad de formar equipo, los Ames nos presentaron a los Pav (vía mensaje de texto :)) y así comenzamos una serie de videollamadas y largas conversaciones con ellos a fin de conocernos. Después de algunos meses de conversaciones entre las tres familias y mucha oración, en unanimidad decimos comprometernos a trabajar juntos por los próximos “muchos” años para llevar el Evangelio a una etnia que aún no lo ha escuchado, aquí en Papúa Nueva Guinea, ¡en su propio idioma!
Mucho ha pasado desde entonces, mientras avanzamos consolidándonos como equipo, desarrollando una estrategia de trabajo y buscando lo mejor que podemos el grupo indígena con “mayor” (si se puede decir de esta manera) necesidad de escuchar el Evangelio, (en términos de dificultad de acceso al Evangelio, vitalidad de su idioma, etc.)
Para tratar de no alargarles más su lectura, Isaac hizo un video en donde cuenta acerca de cambios que hemos tenido y algunas otras cosas en las que estamos trabajando. Deseamos que esto les permita tener una mejor idea de como continuar orando por esta obra, y estos obreros.
Amados hermanos, gracias por seguir sosteniendo la cuerda. Sus preciosas manos darán testimonio al Señor de su hermoso trabajo al servirnos de esa manera.
Por su gracia y para su gloria,
Isaac, Claudia, Jacob y Emma Hernández
Siendo testigos de un Dios vivo
en Papúa Nueva Guinea.
Peticiones de oración:
- Damos gracias a Dios porque nuestra salud ha estado mejorando en los últimos meses.
- Que nuestro equipo se caracterice por el amor y la unidad entre nosotros.
- Por nuestros compañeros Brody y Jen. Su viaje a Papúa que estaba planeado para dentro de una semana está siendo afectado por una demora en sus permisos de trabajo. Aunado a esto, la fecha límite para entregar su casa de renta y otras complicaciones están surgiendo.
- Por dirección de parte de Dios para decidir el grupo indígena con el que trabajaremos.
- Por provision de Dios para la casa que necesitaremos construir en medio de la aldea donde serviremos.
- Que nuestra fe y conocimiento de Dios vaya en aumento. Que nuestras vidas testifiquen de un Dios vivo en todo momento. Que muramos a nuestro “yo” día a día para que Cristo viva en nosotros.
- Por Emma y Jacob, que conozcan y se enamoren del Dios vivo al que servimos. Que seamos padres piadosos para ellos.
- Por nuestro matrimonio, que el Señor se glorifique en medio de él.
- Por nuestras familias en México.
Oramos constantemente por ustedes, pidiendole a Dios que fortalezca su fe, que supla para sus necesidades, que abunden en amor los unos por los otros, y que testifiquen de él.
Contad su gloria entre las naciones, sus maravillas entre todos los pueblos. Porque grande es el Señor, y muy digno de ser alabado; Salmos 96:3-4
El pequeño Evan.
“Yo no necesito terapia, yo solo necesito ir a Papúa Nueva Guinea”.
Por favor recuerden a la familia Pav en oración.