Mientras trabajaba empecé a jugar con las palabras…
En abril estuvimos trabajando en la cocina y el baño de la casa que ya está casi lista en el pequeño pueblo ko’revaju. Nuestro amigo, uno de los líderes de la iglesia ko’revaju, nos ayudó. Con él trabajé varias horas mientras charlamos, removiendo tierra, etc.
Seguimos recopilando material para esta etapa del estudio del idioma. Ya contamos con una buena cantidad de vocabulario y hemos estado aprendiendo algo sobre la estructura del idioma. Ahora nos toca arriesgarnos a hablar con la gente, en frases cortas, poniendo en práctica lo aprendido.
Mientras trabajaba con mi amigo, empecé a jugar con las palabras, tratando de traducir del español al ko’revaju una palabra que él mismo usó, “padre de familia”. Cuando lancé mi traducción al ko’revaju, se burló un poco. ¿Yo tratando de esforzarme en lo que hemos estudiado y al decir las palabras causó risa en él? Amablemente le reclamé: ¿por qué la risa?
El amigo me dijo que su risa no fue por burlarse de mi manera de hablar, sino por la alegría que siente de que estamos aprendiendo.
Aunque nuestro avance a la verdad no es tanto, sí hemos visto que la gente esta feliz por vernos sumergirnos en su cultura e idioma. En nuestra última visita, a principios de agosto, también a Liliana le mostraron esa sonrisa, diciéndole las mujeres lo linda que se ve al hablar el ko’revaju.
Para nosotros es de mucho ánimo eso, pues al principio de nuestro ministerio los amigos ko’revaju estaban seguros que nosotros a nuestra edad no podríamos aprender. Creo que no lo decían para desmotivarnos, sino por la experiencia de tantas personas que han tenido contacto con ellos pero que no se propusieron aprender su idioma como nosotros.
LA CULTURA ENTRA POR LA COMIDA
La comida es uno de los aspectos en que más se conoce la cultura, los gustos se desarrollan desde que somos niños, la comida involurcra hábitos, tradiciones, recuerdos. Y durante nuestra visita pudimos disfrutar con alimentos que no hacen parte de nuestra cultura pero que sí hacen parte de la cotidianidad de los ko’revaju, dependiendo del éxito que tengan cuando salen a cazar.
Pudimos probar chigüire (capibara), caimán pequeño (babilla) y hasta mono. Nuestra mente occidental de conservación de los animales, se activa en modo ko’revaju para considerar estos animales como alimentos que la gente necesita. Allí sentados alrededor de la cocina a leña de nuestros amigos, compartimos la cena viendo a los niños disfrutar estos alimentos, mientras nosotros nos adaptábamos especialmente con la costilla y parte del brazo del mono, agradecidos de que no nos ofrecieran la mano o la cabeza.
Y LA COMIDA ES PARA LA FAMILIA
Pudimos notar que nuestro amigo ko’revaju repartió los resultados de su cacería entre sus familiares más cercanos y entre ellos, nos repartió también a nosotros. Agradecemos al Señor por esa amistad y familiaridad que Él ha permitido que podamos tener entre la gente.
Compartimos cómo es una mudanza con una nevera por la selva.
– Estamos agradecidos al Señor por proveer de manera especial para los gastos de nevera, estufa, cama y colchón para la nueva casa en la aldea indígena.
– Seguimos animados con el aprendizaje del idioma, entendemos un poco más y notamos que nuevas palabras se están quedando en nuestras mentes, por favor oren por nosotros para que sigamos avanzando en las metas de estudio del idioma.
– Por el cuidado del Señor en los viajes por la región.
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